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“Es la primera vez que se reúnen después del sangriento desenlace del 5 de junio. Muchos no se han visto desde ese día, cuando la policía arremetió contra ellos en la Curva del Diablo, en la carretera entre Bagua Grande y Bagua. La cumbre awajún – wampis, sirve también para el reencuentro de compañeros de lucha, muchos de ellos con requisitoria judicial y orden de captura.
Algunos muestran sus heridas, otros comentan sobre la confusión y el caos que hubo ese día en la estación de bombeo número 6 de la estatal Petroperu –donde murió la mayoría de policías–, otros cuentan que tuvieron que escapar de los policías nadando por el río con sus hijos y regresar caminando a sus comunidades. No faltan quienes alardean de haber quemado un patrullero y hecho correr al fiscal...”
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